Al puntual llamado del gallo
Y alumbrada por Venus, la Aurora
(la de rosados dedos, como la
describió Homero),
Recorre las cortinas de la noche.
Mientras, lentamente,
Asoman los primeros rayos,
Las campanas de la iglesia
Llaman, sonoramente, a Maitines;
(Ya los aromas del pan recién
horneado
Y la tortilla apenas hecha
perfuman el ambiente);
Los pájaros y palomas aletean
suavemente,
Sacudiéndose el rocío nocturno
hasta que,
Bruscamente y al unísono,
Inundan el aire con sus vuelos y
sus cantos:
Saludan al Sol que, con la lluvia
nocturna,
Acude a su cita diaria con la
Tierra
Para fecundarla,
Para hacer que la Vida florezca
nuevamente.