jueves, 1 de marzo de 2007

MALDITAS PALABRAS


Con este título, JOSE I. DELGADO BAHENA, publicó en 2004 un poemario. Con su autorización se reproducen cinco poesías a continuación.

QUIERO

Quiero tenerte entre mis brazos sin hablar

sólo besándonos, mordiéndonos,

juntando nuestros sexos,

acariciándonos.

Quiero recorrer tu cuerpo

con mis dedos de fuego,

con mis labios ardientes,

con mis sueños;

que enlaces tus piernas

con las mías,

y que, con tus manos,

me envuelvas de alegría.

Quiero morderte el cuello,

las orejas,

tus pezones de miel,

y tu sexo:

panal de abeja.

Quiero que me beses

como sabes hacerlo,

hasta sangrar nuestros labios

y que juntos

explotemos de placer

hasta el cansancio.


EL AMOR SE SIENTE

El amor no se nombra,

no se dibuja

ni se escribe· en un papel.

El amor se siente

entre las venas

y nos enferma la piel.

No se dice el amor

como decir pan,

o viento,

futbol o pez;

el amor no se dice,

ni se inventa.

Es como tener una puerta abierta

Por la que entre el mar

Para después

guardarlo en una bolsa

y obsequiarlo en navidad.

El amor es infantil,

adolescente, tierno,

no le importa la edad;

se presenta,

te envuelve, te adormece

y te hace naufragar,

mas también inventa cuentos, derrumba muros,

construye puentes,

te calla y te hace hablar.

Así, el amor te hace fuerte, cobarde, débil y valiente; porque en el espejo de la vida el amor no se ve,

sólo se siente.


¿POR QUÉ TE FUISTE?

¿Por qué te fuiste?

Me dejaste el silencio

clavado en mi ventana,

huiste por el hueco de la luna hacia el sol y el infinito.

¿Por qué te fuiste?

Te llevaste el sueño,

rompiste el universo,

cruzaste el tiempo seco rasguñando el alma.

y yo, aquí,

separado de ti sin encontrarme haciendo nudos

con los hilos de la noche, sumido en la niebla del camino

por el que escapaste;

viviendo, a solas,

los cielos sin estrellas,

con las manos abiertas, ansiosas,

permanentes ...

Te busco y te pienso

en la distancia,

en el llanto-viento

que arrastra la nostalgia,

en el agua de mar

que corre por mis venas,

en la sed,

en el abismo,

en la eterna soledad

de la esperanza.


AYER

Ayer tuve tus manos,

como palomas: suaves,

entre las mías encendidas;

también tuve tus ojos,

húmedos de luz,

escurriendo lloviznas,

en mi pecho tuve tu nostalgia comprimida;

a veces eras tristeza,

a veces alegría.

Hoy no tengo ni tu nombre

porque,

poco a poco,

se me olvida.


LA SOLEDAD ESTORBA

Realmente,

la soledad estorba,

aprieta, asfixia,

pesa, raspa ...

En ocasiones,

como todo buen amigo,

se queda distante, respetuosamente ajena,

pero atenta siempre

a rescatamos

de todo desbordamiento.

y ahí está, lista.

Se mete en todo:

en los recuerdos,

en las ilusiones,

en la mente y en el corazón,

y hasta en los bolsillos.

Hay dos tipos de soledades.

Una es la que se siembra

en las horas nocturnas

y nos atosiga entre las sábanas; ahí la hacemos nacer,

o morir y luego resucita,

crece.

La otra es peor;

porque se incrusta

en las paredes y ventanas

del corazón y nos acompaña desde el amanecer hasta

que llegan las sombras

prostitutas de la soledad nocturna.

la soledad del cuerpo

se complementa

con la soledad del alma

y, las dos juntas,

humillan el fuego de la carne

y la paz del espíritu

en el laberinto de la noche,

en la angustia

y el dolor de madrugada,

en la soledad del tiempo.

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EN EL PRINCIPIO DE LOS TIEMPOS, LOS DIOSES REPARTIERON DONES A TODOS LOS SERES Y LAS COSAS. A LA RAZA HUMANA NOS DIO LA PALABRA. DESDE ENTONCES, LOS POETAS NO HACEN MÁS QUE TRADUCIR EN POESÍA LA MÚSICA DEL UNIVERSO.