Pues sí y qué.
Yo empecé a jugar.
Yo comencé la broma.
Yo lancé mis redes al mar,
Yo puse la carnada,
Yo pesqué lo que pesqué.
Entonces, ahora,
¿Por qué me duele?
¿Orgullo? ¿Vanidad?
¿Coraje? ¿Temor?
El cazador ha sido cazado.
Y no, no tiene temor,
Dolor ni coraje.
Sólo está pasmado
Pero él sabe
(Ni siquiera cuándo y cómo),
Que él comenzó la broma.
Y no, no terminó llorando:
Se lo está llevando
Toditita la chingada…
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