OTRA ORFANDAD
A ti también
Voy a dejarte huérfano.
Parece que mi vida
Se llena de orfandades.
Asombra la dureza
Con que juzgas mi vida
Tú, mi amigo infalible,
tú, mi antiguo y afectuoso compañero.
Un día te quise
quemar mirra e incienso,
enjugar tus sudores con mi pelo.
Confianza en ti
Que me aclarará el horizonte
Palabras luminosas
que sirvieron de estímulo.
Hoy camino por calles
Que proclaman tu ausencia
Y a punto estás de ser
Otro fantasma.
Quizá entierre tu estatua
Con las otras
Y de mi amor por ti
Sólo habrá ruinas.
Se empolvará tu afecto
Oyendo un Requiéscat in pace
De mi parte.
Al descubrir
tu corazón metálico
la culpa,
¿quién la tiene?
poco importa la culpa
te volviste mi juez
en tus adentros
y si perdí yo el juicio
nada queda.
Desde el banquillo
de las desilusiones,
te nombraron fiscal
las muertas lenguas
y más que tu abandono
la sentencia fatal
ha sido el constatarte
falto de humanidad,
destruir la comprensión
establecida.
Tu silueta se pierde
en el camino
que no tiene retorno;
en un adiós tan drástico
y terrible
que deja tan sólo en mí
un vacío enorme.
Voy a guardar
la mirra para siempre.
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